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Este miércoles, entrega del premio Vida y Obra de MinCultura

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El Tiempo

Rodrigo Parra Sandoval es sociólogo de la Universidad Nacional. Leonor González Mina ha llevado la música colombiana a lugares tan lejanos como Siberia. Tiene una carrera de más de 60 años. 

La voz de los anónimos 
 
A sus 78 años, el escritor Rodrigo Parra Sandoval no para de recorrer el país, como lo viene haciendo desde su juventud. Es la manera como el también sociólogo, oriundo de Trujillo (Valle del Cauca), ha ido asimilando la voz de los más necesitados, que han padecido la violencia y el abandono, y a los que sacó del anonimato. 
 
Precisamente, cuando habló con EL TIEMPO sobre el reconocimiento Vida y Obra del Ministerio de Cultura, que se le entregará esta noche en el Teatro Colón, acababa de llegar de recorrer el sur del Tolima, haciendo un nuevo estudio sobre cómo se enseña en las escuelas de esa zona marcada por la violencia. 
 
Por eso, es a todas esas voces anónimas a las que dedica el reconocimiento. “Lo recibo como parte de todos los que están trabajando en el mismo sentido de recuperar la voz de muchos colombianos. Es, de alguna manera, poner a hablar a las personas que están haciendo el país en todos los sitios, no solo en las grandes ciudades”, dice Parra, máster y Ph. D. en Sociología de la Universidad de Wisconsin (EE. UU.). 
 
Además de sus estudios, Parra es autor de numerosas novelas, entre ellas, El álbum secreto del Sagrado Corazón (1978), escogida como una de las 13 obras imprescindibles de las letras colombianas. 
 
A pesar de su discreción y poca exposición mediática, su trabajo ha sido reseñado y comentado por plumas internacionales de la talla de Guillermo Cabrera Infante, Manuel Mujica Láinez y Severo Sarduy. 
 
Para Luz Mary Giraldo, profesora de la Universidad Nacional y estudiosa de la obra de Parra, tanto su trabajo académico como literario está nutrido por el valor de la memoria, por la preocupación de rescatar la historia del país y su violencia. “Pero es una literatura sobre la violencia, en la que uno no encuentra la sangre derramada”, dice. 
 
Por eso, nadie más indicado que Parra para hacer una lectura del momento que vive el país de cara a la paz. “A mí me parece que es una cosa absolutamente necesaria, una oportunidad que no podemos desaprovechar. Hay que empezar por terminar la parte bélica y mirar cómo se hacen procesos de inclusión de esa otra Colombia tan distinta”, concluye. 
 
Parra es autor, también, de las novelas Tarzán y el filósofo desnudo, El don de Juan, Museo de lo inútil, Faraón Angola, Voto de tinieblas y Los bolsillos de Herbert Wolff, esta última publicada en el 2012. 
 
La Negra más Grande 
 
El sábado pasado, tras el anuncio de los avances en el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, Leonor González Mina destapó una botella de vino y se tomó una copa en su casa de Cali. 
 
“Yo estoy feliz. Es que uno, a estas alturas, con 82 años, casi 83, no se puede ir de este mundo sin saber que ese acuerdo está listo, sin oír la palabra paz. Yo le pedía a Dios todos los días que me permitiera ver este momento”, afirma la Negra Grande de Colombia. 
 
Con más de 60 años de carrera artística, Leonor González Mina es una de las cantantes colombianas más importantes y reconocidas en el exterior. 
 
Y su trayectoria será premiada hoy con el galardón Vida y Obra del Ministerio de Cultura, que no esperaba. “Me dejó asombrada y anonadada (y suelta una de sus maravillosas carcajadas). Jamás pensé que me lo fueran a dar, porque nunca me he hecho ilusiones ni esperado reconocimientos. Mi meta es hacer siempre bien las cosas para que la gente quede contenta, que cada uno de mis conciertos sea distinto y mejor que el otro, estar siempre en ascenso”, dice. 
 
Por eso no para. Leonor González Mina, que además es actriz y fue congresista, estuvo la semana pasada en Barrancabermeja (Santander), en un concierto organizado por el grupo Mujeres por la Paz. 
 
En esta ciudad de Santander, la Negra Grande (Jamundí, Valle del Cauca, 16 de junio de 1934) se reunió con las mujeres, quienes le contaron sus historias. Incluso llegaron de otros pueblos, en canoas, para reunirse con ella. 
 
“Han sufrido mucho. Ellas cuentan que cuando sus maridos eran asesinados por grupos al margen de la ley, se iban a los ríos a los que tiraban los cadáveres, a recoger los cuerpos. Militantes de estos grupos se los quisieron prohibir, pero ellas generaron resistencia. ¡Ay!, es que la violencia de este país ha sido por todas partes, qué dolor”, dice. 
 
En esa caliente Barrancabermeja cantó en el parque principal para un grupo muy grande en el que había muchos jóvenes. “Y qué sorpresa, se sabían mis canciones, eso me llenó de alegría”, agrega. 
 
Y son muchas las canciones que la Negra Grande ha hecho famosas con su maravillosa voz. Desde Violencia hasta Yo me llamo cumbia, y una de sus más importantes interpretaciones, Campesino de ciudad. 
 
Juana, su nieta, quiere seguir la tradición y la Negra le ayuda. “Cada vez que nos vemos la preparo”, dice con orgullo. 
 
Tomado de: http://www.eltiempo.com/entretenimiento/musica-y-libros/premio-vida-y-obra-del-ministerio-de-cultura/16750972



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