Arte, desnudo y realidad

Arte, desnudo y realidad

 Elkin Bolaño-Vásquez 
Coordinador educativo. Fundación BAT

¿Qué significa que el arte le permite a la especie humana crear mundos posibles? ¿es una posibilidad exclusiva del arte? Los video juegos y los estudios subatómicos de la ciencia han demostrado con suficiencia sus desarrollos en el tema, especialmente por la imaginación activa que hay detrás y que, en términos cognitivos, es la misma actividad que impulsa el arte, independientemente de los objetivos que cada saber persiga. No obstante, la pregunta inicial encierra la complejidad de diferenciar la realidad que busca explicar la ciencia de la realidad que se construye desde la psiquis con la particular participación del inconsciente.
Para abordar las complejidades de la construcción de esa segunda realidad podemos apoyarnos en las relaciones poco evidentes entre las tres palabras del título. Pensemos que la realidad es una playa nudista (espacio) donde todo lo que es posible ver del cuerpo humano es visto sin ningún tipo de filtro. En esta instancia y según las lógicas de lo perceptible la realidad está dada de antemano y quien la ve la percibe según lo características del espacio-realidad. No obstante, en tal playa la mayoría de sus visitantes, sino todos, se detienen en la valoración de la desnudez según sus propias preferencias, haciendo comparaciones y enfocando su atención en detalles que le llevarán a reafirmar su idea del cuerpo perfecto. En estas circunstancias el desnudo, siendo sólo un elemento de la playa, desplaza el espacio-realidad. Se toma una parte por el todo.
Después de tal desplazamiento aparece en medio de los nudistas una persona ataviada con un trozo de tela que alcanza a cubrir su torso y parte de sus glúteos. La desnudez natural desaparece y la idea del cuerpo perfecto toma otro sentido porque el ocultamiento suma una variable que connota misterio.
Al poco tiempo y en otro sector de la playa aparece otra persona con una indumentaria más elaborada atrayendo la atención de quienes le rodean, la idea del cuerpo perfecto desaparece y en su lugar surge la posibilidad de reemplazar la desnudez con el mejor vestido posible. Luego aparece una tercera persona que, además de vestido, usa accesorios que ponen en entredicho el descubrimiento anterior porque los nudistas se percatan de las limitaciones del vestido para la creación de la apariencia perfecta. Desde entonces el cuerpo humano desnudo pierde valor como sinónimo de perfección para quedar atrapado en el juego de las apariencias.
Igual que la desnudez, a lo largo de la historia de la humanidad la realidad ha sido ataviada y desplazada por indumentarias, adornos y joyería deslumbrantes que la han convertido en un misterio que se valora según lo atractivo de su apariencia, mientras experimentamos el exceso de visibilidad que analiza Baudrillard. La apariencia no sólo oculta bajo toneladas de velos la realidad, sino que además su subsistencia depende de los grados de intensidad y participación de la vergüenza. La realidad no sólo ha sido cohibida
para mostrarse en su esencia, sino que debe sentir vergüenza si lo intenta. Sentencia del psicoanálisis freudiano que aún no es superada.
Y es en este punto donde el arte ofrece una alternativa ya que cuando se retira el velo psicológico, este no desaparece, sino que más bien se agazapa. Deja ver lo que ocultaba, pero no significa que no se resista. Así que adquiere una nueva función y simula ser una prótesis necesaria para la comprensión, de modo que lo que deja ver lo amplifica, creando una hipérbole de lo descubierto y por tanto una versión exagerada e incluso contaminada. Es igual a fijarse exclusivamente en la joya que luce el nudista que camina indiferente por la playa. En este escenario, el arte que reconoce en la hipérbole una estrategia de asimilación de la función del velo tiene la capacidad de desnudar y mostrar la belleza de la realidad sin la desazón de la vergüenza, al punto que muchas veces retira la piel del cuerpo para mostrar lo que a pocos les interesa ver, la estructura psicológica que sostiene la apariencia. En este contexto, si bien la hipérbole es una estrategia artística, desconocer su mecanismo ayuda a mantener la distancia con la realidad y más aún con su comprensión.
Como consecuencia e independientemente de las intenciones formales de la producción artística, es necesario activar y utilizar las capacidades cognitivas que se desarrollar a través del arte porque, el encuentro de la realidad sin piel exige una preparación armónica entre lo espiritual, emocional y mental para percibir la belleza que en ella se guarda. Esa preparación enseña a retirar las capas que se acumulan en la vida, en las creencias y en los deseos, ya que la belleza requiere tiempo para asimilarse como una experiencia biológica y simbólica. Tal proceso describe que la realidad es una experiencia desde la que se derivan los mundos posibles de los videojuegos y la mecánica subatómica que ha puesto en entredicho las verdades unívocas de la ciencia.

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