Programa de exploración artística y creativa.

Programa de exploración artística y creativa.

Sexta edición 
Elkin Bolaño-Vásquez
 
Para el año 2025 la Fundación BAT ofrece, la sexta edición del Programa virtual de Exploración artística y creativa, bajo el título Poéticas improbables, con el cual se asume la incertidumbre, lo hipotético y lo impensable como herramientas que se atreven a vislumbran las incesantes convulsiones de la historia de la humanidad de manera heterodoxa y por fuera de toda convención institucionalizada. 
Cuando se insiste en que tomemos un pequeño tiempo cada día para identificar nuestros modos de pensamiento es para hacer consciencia de cuando una idea afecta la propia visión del mundo. Este pequeño ejercicio explica la dificultad que tiene el arte para demostrar sus beneficios porque no pueden establecerse como hechos puntuales. Los beneficios deben entenderse como recorridos procesuales que se escapan de la lógica causa-efecto de la razón y se acercan más al sistema simultáneo y fragmentario del pensamiento mitológico. Y es en la brecha entre la razón y la narración mitológica donde el filósofo italiano Bifo Berardi nos presenta un panorama poco alentador en el relevo generacional, porque mientras la razón insiste dogmáticamente que se sostiene en la verdad, es cada vez más evidente que somos absorbidos a las entrañas de la posverdad. Contradicción que las nuevas generaciones aspiran a subsanar con una vocación hacia la felicidad. 
En tal sentido, uno de los objetivos de Poéticas improbables, es extender hilos conectores entre ambas formas de pensamiento para extraer los beneficios de cada una de ellas. Para ello, se proponen cuatro palabras clave que ayudarán a establecer relaciones simultáneas a lo largo de estos encuentros: la intuición, la consciencia, el legado y la belleza. A continuación, se plantean algunas de sus generalidades. 
Intuición: es una semilla que puede encontrar su forma concreta en las condiciones adecuadas. Es cultivable, pero no por ello se puede acelerar su cosecha. Debido a que se escapa de la lógica instrumental se le considera improductiva porque no encuentra eco en el lenguaje empobrecido del conocimiento convencional basado en hechos y análisis. Solo se enaltece en la forma poética, convirtiéndola en la única actividad sináptica que establece una conexión directa con el inconsciente mientras que es preámbulo del surgimiento de la consciencia. 
Consciencia: su tarea es pedagógica porque supervisa nuestras diatribas en el proceso de aprendizaje, mientras define estrategias para convertir en conocimiento las nuevas experiencias, sin que ello cree algún tipo de disonancia con las rutinas y creencias que construyen los hábitos. Debido a que es experiencial, no es compatible con la lógica causal porque encuentra coherencias en hechos aislados. De modo que la novedad no es algo estrictamente nuevo, sino que es resultado de un entramado coherente que define el significado de múltiples experiencias. De allí, que la consciencia sea la tutora de la creatividad. 
Sexta edición Elkin Bolaño-Vásquez 
Legado: surge de la importancia que le damos a ciertas cosas. La muerte le da valor a la vida y la crisis de la pandemia demostró que la mayoría de las personas se conforman y disfrutan de la “normalidad” como si fuera un propósito trascendental. El legado no se reduce a lo que en determinada época se considera normal, sino a lo que las generaciones futuras puedan considerar valioso. Por ello, el legado no se posee, es riqueza que no puede ser acumulada porque depende de su circulación para que se trasmute y retorne en nuevas versiones. Por ello, cabe preguntarse ¿cuál es el legado que recibirán las generaciones futuras del gozo de la normalidad? 
Belleza: es una presencia sin intención, que no impone nada, pero al entrar en contacto con ella amplifica el estado real del alma. Para asirla es preferible suspender el tiempo, alcanzar un estado sublime de consciencia para disfrutarla en su plenitud. Cuando fue separada del arte, quitándole su esencia simbólica, para ser absorbida por el mercado, convirtiéndola en abstracción subjetiva, comenzó a ser usada como insumo para el diseño personalizado, perdiendo su contenido espiritual. Desde ese momento empieza la disonancia espiritual que es la causante de la instrumentalización sin precedente en la que ha caído la razón, porque ya no reconoce su belleza. No es que la belleza sea especial, sólo es la manifestación de un ideal que es el extremo contrario de la posibilidad de objetivación de una idealización que es producto de la subjetividad. 
La tarea fundamental de los cuatro términos que aquí se entretejen, no consiste en hacer cosas bellas enmarcadas en la idea de arte, sino que invita a vivir las bellezas inesperadas que tenemos alrededor y que nos permiten suspender el pensamiento de modo que también invita a responder la siguiente pregunta ¿qué diferencia hay entre ser artista y ser divulgador y guardián de la belleza? 
Link de inscripción: https://forms.office.com/e/xM8H6ByVMu 
 

 

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